Abelardo Grijalva Otero, investigador y docente de la Universidad de Sonora, vaticinó que esa entidad desaparecerá en los próximos 80 años al convertirse el territorio en un desierto completamente. L o anterior, lo menciono durante su intervención en el 8º coloquio de Investigación Nacional e Internacional de cuerpos académicos y 4o. Workshop de PyMES que se celebra en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
El mentor de la materia de contabilidad, explicó que realizó un estudio, en el que se demostró que "De finales del siglo XIX a finales del siglo XX, Sonora era un vergel definitivamente y existía solo un manchón de desierto, concretamente al norte pegado a Estados Unidos, y que no abarcaba más de 3 mil hectáreas. Pero este desierto ha venido avanzando debido a la degradación de los mantos acuíferos de la costa y a degradar los campos de agostadero que han provocado a su vez la perdida de la fauna y de la flora permitiendo que el terreno del desierto haya crecido".
Grijalva Otero añadió que "después de 50 años el desierto se ha extendido a Caborca y la tendencia es que dentro de 80 años, si no se pone un coto de parte de quien corresponde, vamos a tener a Hermosillo y a Ciudad Obregón como parte de ese gran desierto, todo por la irresponsable actuación de una élite privilegiada de agricultores y políticos que perforaron y explotaron los mantos acuíferos hasta que se unió con el agua del mar.
Hace 40 años Sonora era el granero de México “y ahorita ya no lo somos”, dijo.
El también ejidatario, recordó que en su estado natal se producía maíz, frijol, algodón, sorgo pero principalmente trigo, luego de que el 60 por ciento de la producción de éste grano nacía en Sonora, pero se acabó el agua y se encareció la producción "ya tenían que perforar a más profundidad y se encontraron con agua salada, y apenas hace unos años, muerto el niño taparon el pozo, es decir no había ninguna sustentabilidad, ni políticas públicas que determinara un uso racional de los mantos acuíferos ni de los agostaderos y como era muy rentable el producir por un costo mínimo todo mundo se dedicaba a ser agricultor y ganadero, pero ahora sí comenzamos a sufrir", dijo.
“Se acabaron los conejos, los coyotes, el chorrillo y los venados”
Acto seguido anotó que "ahora sí hay tecnología agrícola de riego por goteo y aspersión, pero se ha reducido a la producción de ciertos vegetales y hortalizas que tienen un alto rendimiento, pero ya se dejaron de producir aquellos granos que le daban sustentabilidad a la producción en nuestro estado, y en la ganadería sucedió lo mismo; se producía gran cantidad de becerros para exportación sin costo alguno, pero empezaron a desmontar todos los agostaderos para sembrar bufel, que es lo que le da el crecimiento rápido al becerro para exportarlo y entonces vinieron las aguas y se llevaron el manto de 10 centímetros de tierra fértil y ahorita se acabaron los conejos, los coyotes, el chorrillo y los venados; se acabaron los mezquitales, las alamedas, los sausales, los botillales. Entonces, en esa circunstancia, quedaron condiciones muy favorables para que el desierto se vaya comiendo el territorio".
Hay que decidir que ya comenzó el éxodo, porque en el centro de Sonora, donde se acumulaban los ejidos y los poblados pequeños de agricultores y ganaderos, que eran sustentables porque producían para consumir y tenían excedentes para vender, y a mí me tocó vivirlo por ser ejidatario, han emigraron en una tercera parte a Estados Unidos, otra tercera parte a la metrópoli de Sonora y la a la delincuencia organizada".
Por último, indicó que 50 por ciento de las familias nativas de la región del Río Sonora han desaparecido, y los que se quedaron sólo se dedican a la engorda de ganado, pero ya no les queda para consumirlo, sólo es para venderlo, y la Costa de Hermosillo se convirtió en una zona fantasma con casas y edificios abandonados. Los viejos son los que se quedaron. Los jóvenes se han ido.